Parece probable, según los entendidos que la nueza, una planta bastante común en nuestros campos y que en latín se dice Brionia, ha dado el nombre a la villa de Briongos. Esta población está situada al Sur de la Valdosa, una de las alturas (1.412 ms) más notables de nuestra provincia, en las tierras que desciendes al valle del Esgueva. Es poblamiento antiguo, establecido en los años centrales del siglo X, cuando el buen conde Fernán González, señor de Lara repobló el histórico Valle de Tabladillo y favoreció a los monasterios de Silos y de Ura.
Estas tierras altas y entrañables no tuvieron ni paz ni seguridad hasta doblar el año mil. Las aceifas (campañas) de Almanzor, el Victorioso, rozaban estos lugares y, a veces, como un rodillo de sangre y de fuego pasaban sobre ellos. Los viejos Anales cuentan como si fueran latigazos la caída de villas y ciudades en estas comarcas. En torno al año mil: Los moros ocuparon Atienza; los moros ocuparon Sepúlveda y Osma y San Esteban y Alcoba y Clunia; capturaron los moros al conde Garca Fernández … La Cervera también es aludida y en ella sucedió una arrancada, una derrota casi total. En el año 1002, Almanzor murió y un cronista burgalés escribió con trágico laconismo: Murió Almanzor y fue sepultado en el infierno …
Cuando se hizo la paz, la prosperidad acompañó a los sobrevivientes de la catástrofe. Briongos fue incluido en el alfoz de Tabladillo, un partido de tierra áspera, boscosa, poblado entonces de lobos y de osos. El monasterio de Silos, después de una crisis de la que le remedió Santo Domingo, crecía en fidelidad monástica, en cultura y en poder material para sostener su misión espiritual y difusora del saber. En 1125, 21 de julio, la reina doña Urraca reconoce en un documento la grandeza de Santo Domingo y dona al abad Juan todo el alfoz de Tabladillo, es decir, el señorío temporal y parte del fiscal y económico. El papa Urbano III, sesenta años más tarde reconoce esa y otras donaciones y pone el señorío del monasterio bajo su protección.
Así, Briongos, al que entonces se llamaba Briuengos, entra en el dominio silense, en el que permanecerá hasta el siglo XIX. Fueron setecientos añoos de relación directa entre abadÃa y concejo, entre monjes y vecinos. Parece que Briongos tuvo momentos de mayor prosperidad; fue entonces cuando se le unió el pueblo Estobares, cuyo nombre todavÃa se recuerda. Luego decayó, quizá por la emigración de los vecinos a las tierras de La Mancha y de AndalucÃa, tras las conquistas de San Fernando.
En el libro de las Behetras (1352) se advierte que antes de Briongos pagaban más porque había más población. El rey y el abad de Silos cobraban entonces a los vecinos estas cantidades: de martiniega (porque cobraba por la fiesta de San Martín) 85 maravedíes (44 para el fisco del rey; 23 para el merino y 18 para el abad). El rey cobraba los impuestos de moneda, servicios y fonsadera. El monasterio cobraba por infurción (alquiler de solares) 50 maravedíes del concejo y de los vecinos que poseían yunta de bueyes una fanega de cereal (nueve celemines de cebada y tres de trigo y 2.5 maravedíes; los que solo tenían un buey pagaban la mitad. Además, los yantares del Adelantado (justicia) le suponÃan a Briongos 38 maravedíes.
Otra nota económica leemos en el archivo de Covarrubias, referida a 1470 (8 de diciembre) referida a los derechos que el rey recibía por tercios reales en Briongos, 300 maravedíes se enviaban al monasterio los Jerónimos de Espeja (Soria).
En 1591, la Villa forma partido con otros siete, algunos no pertenecientes al alfoz como Puentedura, y Hacinas y entre todos reúnen 318 vecinos. En el siglo XVIII pertenece al partido de Aranda y en el XIX al de Lerma. En 1843 Briongos reúne 81 habitantes, de los que 20 son alumnos de las escuelas del pueblo y que pagan al maestro una fanega de comua (trigo y centeno). Se resalta la abundante caza y el buen ganado que se cría. Tiene una ermita dedicada a la Virgen del Camino, quizá alzada junto a alguna vía romana. En 1950 la población ascendía a 159 habitantes.